En realidad, todos los días pienso en los Beatles. Después de algunos familiares, son la gente en la que más pienso. John, Paul: calculo que para millones son nombres de la Biblia. Para mí, así, sin apellidos, son ellos nomás.
La cosa es que todos los días pienso en John y Paul, los Beatles. Son boludeces, detalles, a veces cosas técnicas, a veces un cuelgue en una canción, a veces algo de su personalidad. Creo que John es la persona más importante del siglo XX.
Hoy se me ocurrió pensar en ellos como trabajadores. La cosa viene porque me fascina cómo en pocos años se transforman de manera tan escandalosa. Los discos bisagra no alcanzan para explicar ese cambio. De Help a Sgt Pepper hay un abismo (mi disco favorito casi siempre está en el medio, pero a veces es Help).
Entonces, lo que hoy se me ocurrió es que en 1966 los Beatles se retiran. Se jubilan, o se van de vacaciones. Ya la hicieron toda. Pero quieren seguir tocando un poco. No en vivo, se sabe. Pero jugar, probar drogas, entretenerse: ocio proletario. Y entonces John se anima a cantar en una sola nota, como siempre quiso. Y Paul llama a toda la orquesta. Son gustos de obrero.
Hasta mañana.
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